La perspectiva constructivista del aprendizaje puede situarse en
oposición a la instrucción del conocimiento o consciencia. En general,
desde la postura constructivista, el aprendizaje puede facilitarse, pero
cada persona reconstruye su propia experiencia interna, con lo cual
puede decirse que la inteligencia no puede medirse, ya que es única en
cada persona, en su propia reconstrucción interna y subjetiva de la
realidad. Por el contrario, la instrucción del aprendizaje postula que
la enseñanza o los conocimientos pueden programarse, de modo que pueden
fijarse de antemano unos contenidos, método y objetivos en el proceso de
aprendizaje, llevando a cabo el desarrollo de esa "inteligencia no
medible" .
La diferencia puede parecer sutil, pero sustenta grandes implicaciones
pedagógicas, biológicas, geográficas y en psicología. Por ejemplo,
aplicado a un aula con alumnos, desde el constructivismo puede crearse
un contexto favorable al aprendizaje, con un clima motivacional de
cooperación, donde cada alumno reconstruye su aprendizaje con el resto
del grupo. Así, el proceso del aprendizaje prima sobre el objetivo
curricular, no habría notas, sino cooperación. Por el otro lado y
también en ejemplo, desde la instrucción se elegiría un contenido a
impartir y se optimizaría el aprendizaje de ese contenido mediante un
método y objetivos fijados previamente, optimizando dicho proceso. En
realidad, hoy en día ambos enfoques se mezclan, si bien la instrucción
del aprendizaje toma más presencia en el sistema educativo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario